Naturaleza. Cuerpo. Pensamiento

El trabajo de la araña.
Pensar como función vital. No es contemplación, ni construcción inter-subjetiva. Nada que ver con lo elevado, con lo académico, con las “funciones superiores”. Pensar como comer, y como amar.
Pensar para sobrevivir. Y sobre vivir no es solo subsistir, es más bien lo contrario: sobre-vivir, super-vivencia, es lanzar una y otra vez la vida hacia nuevos caminos, hacia otras direcciones. Recalculando. Pensar para vivir, como la araña teje para vivir, conectando dos, tres, mil infinitos puntos en un espacio. Trazando un plan. Pensar por jugar, por bailar, por respirar. Jugar, bailar y respirar para pensar todo de nuevo. Pensar más acá y más alla de la naturaleza y la cultura, de lo humano y lo animal. Pensar antes y después de las grandes particiones de nuestra episteme colonial.
Pensar como función específica del sentir. Pensar es un modo de sentir las fuerzas y las intensidades.

El pensamiento: 1. capacidad de la naturaleza para expandir su propia potencia, a través de nosotrxs. 2. Vector de intensificación de la vida. 3. Modo singular de afectación de los cuerpos unos por otros.

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